La planta de pistacho, típica de la flora del parque del Etna, crece de forma espontánea y exuberante en las laderas del volcán. Las frutas rojizas contienen semillas suaves y verdes con un sabor dulce y delicado. Este rosolio se obtiene con un procedimiento exquisitamente artesanal, utilizando el “corazón” verde del pistacho, según las indicaciones de una receta antigua. Rosolio debe servirse fresco como postre y es delicioso en postres y helado de pistacho.